La visión clásica del Yoga sobre el cuerpo, lo coloca en una posición de inferioridad respecto al espíritu o el ser transcendental. Esta es la filosofía que comparten casi todos los estilos de Yoga, por ejemplo el Hatha Yoga que es el más practicado en Occidente.
En el Tantra Yoga, el cuerpo es valorado profundamente y se lo considera una manifestación física del plano espiritual, por lo tanto un vehículo para la liberación del espíritu y la eliminación del sufrimiento.
Contrario a los ejercicios convencionales, donde las personas buscan drenar energía y cansarse, el objetivo del Tantra Yoga es recargar la energía.
En esta práctica, se utilizan movimientos lentos y sutiles para ir de una posición a otra, en las cuales es necesario mantenerse un tiempo prudencial, respirando profunda y calmadamente. Generalmente las series completas de Tantra Yoga se siguen por un intervalo de meditaciones en las que el instructor asistirá al practicante para llevarlo a un estado mental sereno.
El Tantra Yoga se caracteriza por la docilidad y busca conectar a la persona con sus deseos y placeres, es por esto que este tipo de Yoga, suele relacionarse con la sexualidad. En el Tantra Yoga, se percibe cualquier fuente de placer y deseo como una ventana de acceso a la divinidad. El deseo es una fuerza poderosa, que motiva a las personas, las inspira y las impulsa a alcanzar sus objetivos, siempre y cuando éstos no sean motivo de obsesión ni apego.
La tradición del Tantra Yoga está muy relacionada con el autoconocimiento, ya que lo considera fundamental para alcanzar la realización y el máximo potencial humano. Según la anatomía tántrica las personas deben conectarse con sus cinco cuerpos: el cuerpo físico, el cuerpo energético, el cuerpo mental y emocional, el cuerpo de la sabiduría o maestro interno y por último el cuerpo de la dicha.
Cada uno de estos cuerpos tiene puntos de acceso diferentes que son explorados a través del Tantra Yoga. Los asanas por ejemplo, son un canal de comunicación perfecto con el cuerpo físico, y permite a los practicantes sentir sus músculos, huesos y anatomía física en general.
Por otro lado, el cuerpo energético está relacionado con la vibración y los pequeños procesos que le dan vida al cuerpo, el pulso, la respiración, los sentidos, etc. Esto es conocido como prana o esencial vital, y es perceptible a través de la quietud.
El cuerpo metal/emocional es con el que estamos conectados mayormente en la vida cotidiana, está relacionado con el raciocinio. Muchas veces, aquí en donde se desarrollan pensamientos negativos, obsesiones y emociones dañinas. La meditación es ideal para acceder de forma armónica a nuestra mente y lograr equilibrarla para mejorar nuestra calidad de vida. Meditar nos permite mirar nuestros pensamientos, prejuicios y emociones de forma desapegada, lo cual ayuda a convertirnos en testigos neutrales de nosotros mismos.
El cuerpo de sabiduría, está relacionado con la intuición. Se refiere a esa parte de nosotros que siempre sabe qué camino tomar. Este cuerpo se ejercita mediante el silencio y la habilidad de escuchar nuestra voz interna, que se va fortaleciendo a través de nuestra búsqueda consciente y silenciosa.
Finalmente, el cuerpo de la dicha se encuentra entre todos estos que hemos descrito, es la idea de la felicidad y cómo hacer que ésta fluya en nosotros. Sin embargo, según la tradición tántrica, la clave para lograr esta dicha, es la no identificación, dejando de identificarnos con cualquier cosa, sensación, pensamiento, persona, etc. Para alcanzar la dicha, lo ideal es no identificarse con nada y simplemente abrazar la afirmación “Esto no soy yo” y aplicarlo en todas las cosas. De esta manera, la dicha podrá fluir libremente por nosotros.
Sobre el autor
Claudia Faimberg, Instructora de Yoga, autora de Barcelona y directora de Yoga Barcelona, donde imparte clases de yoga, pero también es capacitadora de futuros instructores de yoga. Comprometida con la investigación honesta, reta a sus estudiantes en sus clases de yoga para explorar y comprender la práctica del yoga tal como se desarrolló y evolucionó dentro del cuerpo de cada individuo. Siempre anima a sus estudiantes a explorar la lógica detrás de poses, y nunca a aceptar una afirmación absoluta a su valor nominal.
Claudia Faimberg
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