¿Qué es la ansiedad y por qué el yoga puede ayudar a combatirla?
¿Qué es la ansiedad? Según los diccionarios de medicina, la ansiedad es una emoción que se experimenta cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés o peligrosas, ya sea internas (dentro de nuestro propio cuerpo) o externas, a través del medio.
La ansiedad es súper importante para el ser humano, nos ayuda a saber en qué momentos estamos ante una amenaza inminente y nos ayuda a reaccionar. Los síntomas pueden ser físicos, como sudor o respiración agitada; o mentales, como estados de nerviosismo o dificultades para concentrarse.
El problema aquí viene cuando esta sensación de ansiedad no se da ante un peligro real. Es decir, vivimos con ansiedad por hechos que aún no han pasado (¡y que probablemente nunca pasarán!) o cosas que, simplemente, no son peligrosas en esencia aunque las afrontamos como tal. En este caso, la ansiedad se convierte en una condición médica que conlleva diferentes tipos de trastornos.
Como cualquier otra enfermedad, tiene diferentes causas en las que no entraré, pero pueden ser desde genéticas hasta los factores ambientales que nos rodean. Aunque hay diferentes grados, lo cierto es que conlleva una incomodidad constante para las personas que la padecen. Sensación de angustia y miedo, cansancio, tristeza, pensamientos recurrentes, obsesiones, dificultades para resolver problemas… y muchos más.
Ahora que ya hemos visto un poquito sobre la ansiedad, vamos a ver como el Yoga nos puede ayudar a combatir sus síntomas?
h2. Beneficios del yoga para calmar los síntomas de la ansiedad
Estos son los principales beneficios que, desde mi punto de vista, puede aportar el yoga para calmar los síntomas principales de la ansiedad en nuestro día a día.
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La práctica del yoga se trata de estar en el momento presente, observar lo que ocurre de manera ecuánime. Cuando aprendemos a aplicar este principio en otros aspectos de nuestra vida fuera de la práctica de asanas, la vida se vuelve mucho más sencilla. El yoga, entre otras muchas cosas, nos enseña a dejar ir lo que no podemos controlar y a aceptar lo que va llegando sin miedo, con amor y compasión.
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El yoga también nos enseña a relacionarnos con el miedo desde otro lugar. Las diferentes posturas de yoga nos muestran claramente dónde están nuestras resistencias y de qué forma las podemos ir abordando en nuestra práctica.
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Otro beneficio que he podido probar desde mi propia experiencia con el yoga es la gestión de las emociones. Aprender a identificar lo que sentimos y racionalizar algunas de estas reacciones emocionales ante las situaciones del día a día nos puede ayudar mucho a salir del bucle que a veces se nos crea en la cabeza de pensamientos recurrentes.
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Cuando practicamos yoga también nos estamos desafiando a poner en práctica nuestra atención. Prestar atención a lo que hacemos en cada momento y vivirlo con intensidad nos obliga a dedicar toda la atención de nuestra mente a esa actividad y esto disminuye mucho (¡pero mucho!) el ruido mental. Es una forma muy fácil de entrenar de hacer desaparecer pensamientos que nos provocan ansiedad.
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A veces, sufrimos ansiedad por estar pendientes de cosas que no podemos controlar o porque entramos en entornos nocivos para el alma como las redes sociales, que afectan nuestra autoconciencia e incluso nuestra idea de realidad. En este sentido, profundizar sobre el yoga, leer libros y tener referentes del mundo del yoga puede ayudarnos mucho a reconectar con nuestro espíritu.
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Además, el yoga también nos invita constantemente a ejercer el desapego constantemente. Esto es algo que nos cuesta mucho en nuestra vida diaria, por lo que al ponerlo en práctica estamos cambiando muchos mecanismos predefinidos en nuestra mente que nos van a liberar. No apegarnos a los resultados a lo largo de la práctica es importante, pero también lo será no apegarnos a un/a profesor o a un entorno concreto para practicar yoga, así como no apegarnos a cosas o pertenencias que pueden desaparecer en cualquier momento y que no sostienen nuestra felicidad.
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Por último, no podemos olvidar los beneficios fisiológicos que ejerce el yoga en nuestro cuerpo. Diferentes instituciones como Harvard comparten numerosos estudios hablando de ellos, uno de los beneficios que más me ha impactado es que la práctica habitual del yoga puede ayudar a reducir la amígdala, principal responsable de la generación de ansiedad, miedo y estrés en nuestro cuerpo.
Finalmente, quiero recordarte que el yoga es amor incondicional. Cuando re-aprendemos esta forma de amar y este concepto del amor que nos regala el yoga, muchos aspectos de nuestra vida cambian y empezamos a vivir de una manera más respetuosa con nuestra propia naturaleza y la de los demás. Es muy difícil si no imposible adoptar el amor incondicional al 100% en nuestras vidas, pero solo el hecho de conocerlo e intentar practicarlo, aporta beneficios increíbles para nuestra felicidad y la de las personas que nos rodean.
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Texto escrito por @yuliayogui
En sus clases utiliza el enfoque holístico combinando movimiento consiente con distintas técnicas de respiración y mindfulness para trabajar a la vez cuerpo y mente.
El método que ha elaborado durante los años de práctica se ha demostrado sumamente efectivo para tomar consciencia de nuestro cuerpo y ciertos patrones de comportamiento, liberar tensión y emociones estancadas, encontrar paz mental.