El té de Kombucha es una bebida de antiquísima tradición, su consumo se remonta a hace más de 5.000 años en China y a las épocas de mayas, incas y egipcios. En mi casa familiar la hacían mi madre y mi abuelo, quienes a su vez repartían “hijos” del hongo a nuevos acreedores de la receta, explicación sobre sus propiedades y beneficios mediante. Y es que el té de Kombucha que hoy compramos en comercios especializados es muy fácil de hacer en casa.
Ingredientes:
Unas 13 tazas de agua embotellada
1 taza de azúcar
5 cucharadas tamaño té de té negro en hebras (Puedes utilizar 4-5 saquitos de té)
1 hongo kombucha y su líquido (si no te lo pasa algún conocido lo puedes comprar por internet)
Hierve 3 tazas del agua, agrega el azúcar y revuelve hasta que esté disuelto. Retira del fuego y suma el té. Deja reposar por unos 30 minutos. Cuela en un contenedor de vidrio de boca ancha - no uses metal ni plástico- y agréga el hongo kombucha, su líquido y las otras 10 tazas de agua. Ahora tapa el recipiente con un paño poroso y una banda elástica y dejalo fermentar 10-15 días en un lugar cálido y oscuro. A medida que tu Kombucha casera fermente el hongo crecerá y se acomodará a las dimensiones de la superficie de tu contenedor formando como una tapa.
Tu té de kombucha casero estará listo para ser consumido cuando al probarlo sientas las burbujas del fermento y un gusto dulce y agrio a la vez. Retira el hongo y guárdalo en un frasco cubierto con el líquido dentro de la nevera. Ahora traspasa tu té a una botella y déjalo fermentar un par de días más a temperatura ambiente, luego guárdalo en el refrigerador y consúmelo en los siguientes 3 meses (aunque cuanto antes, mejor).
No te preocupes por el azúcar y/o la teína, prácticamente desaparecen en el proceso de fermentación del hongo para dejar lugar a este maravilloso té de kombucha lleno de propiedades y beneficios:
- normaliza el tránsito intestinal
- regula la flora intestinal
- tiene efectos antivíricos y antibacterianos
- activa la defensa del cuerpo
- desintoxica el organismo
- reduce el nivel de colesterol
- equilibra la acidez en el cuerpo
- mejora la digestión de las proteínas
- estimula la circulación
- facilita la absorción de minerales
- activa las funciones del páncreas
- equilibra la glucosa sanguínea
- aumenta la secreción de azufre fisiológico, vitamina B12 y vitamina K
- mejora el rendimiento del oxígeno en las celulas
- aumenta el bienestar
- aumenta la capacidad física de los deportistas
- quita las agujetas