La postura del bebé es tu gran aliada para esos momentos de estrés en los que necesitas ponerte en contacto con tu vitalidad interna. Balasana o postura del bebé, nos recuerda a la posición en la que permanece el feto durante su gestación en el útero materno, aunque también es una postura de rendición, donde entregamos la mente y su agitada actividad a la madre tierra para que nos devuelva la serenidad. Por lo tanto, al practicarla lo que encontrarás es interiorización, calma emocional, la mente se torna receptiva y se reequilibran las energías.
¿Cómo entras en la postura?
En primer lugar siéntate sobre los talones y flexiona el tronco hacia delante dejándolo relajado, y permanece con la frente apoyada en el suelo frente a tus rodillas (si tu frente no llega al suelo puedes colocar un cojín para que te sea más fácil). Para deshacer la postura lo único que debes hacer es apoyar las manos en el suelo justo por delante de los hombros, una vez ahí, incorporas la espalda lentamente hasta la vertical.
En balasana o postura del bebé, sentirás como se ensancha tu espalda y se relaja en toda su extensión hasta el hueso sacro. Es un buen momento para lleva tu conciencia hacia la parte posterior de la cintura y la caja torácica dirigiendo las inhalaciones en esa dirección, para que a través de la respiración la espalda y la zona lumbar puedan ir liberando tensiones.
Una variante que se utiliza con frecuencia en Kundalini Yoga es extender los brazos por delante con las manos unidas en mudra de plegaria. Aquí notarás un mayor ensanchamiento de la caja torácica y en consecuencia una mayor apertura del corazón.
Sat nam,
Irune