“Iniciamos la clase en una postura cómoda, sentados, con las manos descansando sobre las rodillas, ojos cerrados y espalda recta. Llevo la atención a la respiración y comienzo a pensar en la intención para esta práctica, puede ser una frase, una palabra, algo que queramos atraer a nuestra vida el día de hoy. »
Probablemente algunas de estas frases te suenen familiar. Muchas veces escucharás que al inicio de la clase, tu profesor de yoga te pide que establezcas una intención. La intención es muy diferente de persona a persona, e incluso, de momento a momento.
El fijar una intención a cualquier cosa que hagas es un hábito muy poderoso. A veces, el foco de una práctica surge de forma intuitiva y espontánea, pero por lo general es algo que podemos trabajar intencionadamente. En este artículo te compartimos varias maneras de hacerlo así como sus beneficios.
La intención ¿Qué es?
La intención en el yoga es lo que marca la diferencia entre esta práctica como una filosofía de yoga a un simple ejercicio físico. Es por eso que durante la asana podemos traer el motivo de esta postura en cualquiera de sus aspectos : físico, emocional o espiritual. Por ejemplo ¿Cuál es tu intención para hacer una postura de extensión como la rueda? Puede ser fortalecer tus brazos o tus piernas o tal vez mejorar tu sistema cardiovascular, incrementar tu energía y vitalidad o tal vez abrirte y confiar.La intención, ¿Por qué?
La intención es el comienzo de todo, el propósito que se la da a lo que hacemos, decimos y pensamos. No es lo mismo trabajar, que trabajar con intención. No es lo mismo andar por la vida, que andar por la vida con intención y no es lo mismo hacer yoga, que hacer yoga con intención.¿Para qué sirve?
- La intención nos ayuda a calmar la mente y a enfocarnos en un solo pensamiento a la vez.
- Nos trae al momento presente. Nos llama a pensar en que es lo que realmente queremos atraer a nuestra vida en ese preciso momento.
- Nos da la oportunidad de estar más presente y consciente. Esto nos enfoca y clarifica nuestro camino, y no solo el de nuestra práctica si no en la vida. Si transferimos esta intención a nuestra rutina le ponemos un poco de sabor y actitud a nuestros quehaceres.
- Si bien es cierto las intenciones son algo muy personal. También las personas que nos rodean se pueden beneficiar de nuestras intenciones. Si nos sentimos bien con nosotros mismos, vamos a comportarnos adecuadamente con los demás y vamos a esparcir esta energía positiva alrededor ya sea que lo hagamos intencionalmente o no.
¿Cuál es tu intención? ¡Ponla en práctica!
Tu intención puede ser muy variada desde una meta en específico, hasta una actitud que quieras cambiar. También puedes dedicar tu práctica a alguien. Pero lo maravilloso de las intenciones es que las podemos utilizar en cualquier momento, y en cualquier situación:- Al despertar, ¿qué intención quieres dar a tu día? A qué quieres dedicar tu energía?
- Cuando practiques, pregúntate: "este campo energético que estoy creando, ¿a qué lo quiero dedicar?"
- En cualquier momento del día, por ejemplo cuando camines, ¿qué quieres cultivar, ver crecer en ti? La paz, la alegría, la verdad? ¿Otra cosa?
- Cuando encuentres a alguien, ¿qué quieres aportar a este encuentro? ¿Cuál es tu intención?