En nuestro post de la semana pasada, presentamos las particularidades del otoño y sus consecuencias sobre tu cuerpo y sobre tu mente. Hoy, te dejamos algunas pautas para que acomodes tu práctica a esta época del año.
Cómo adaptar tu práctica al otoño?
- Durante el otoño es importante practicar con regularidad y a ser posible, a la misma hora del día. Esto te ayudará a establecer una rutina y a encontrar mayor calma.
- El ritmo de los movimientos será pausado y consciente, llevando la atención a la respiración.
- Te aconsejamos desacelerar tus gestos y bajar la intensidad de tu práctica.
- Las mejores posturas para realizar durante este periodo son aquellas que estimulen y beneficien a los pulmones. De esta forma fortaleceremos el sistema inmune preparándolo para el invierno. También es importante practicar posturas para relajar y tonificar el intestino grueso, para limpiarnos y deshacernos de lo que no ya necesitamos.
- Es muy importante fortalecer tus raíces y tu conexión con la tierra.
- Durante tu práctica, envía tu energía desde el centro. El trabajo consiste en fortalecer un centro auténtico que nos sostenga todo el año.
- Mientras practicas es interesante prestarle atención a los pensamientos negativos que dificultan nuestra práctica. Al principio se trata simplemente de hacerse consciente de ellos. Estos pensamientos no reconocidos son justamente los que nos retienen en situaciones de estancamiento en nuestra vida.
- Cada persona tiene una forma de no disfrutar de la práctica y de ponérsela más difícil. Durante la sesión puede ser un buen momento para aprender a observar estos pensamientos y actitudes y poco a poco, dejarlos ir.