En el blog de hoy les hablaremos de una pose que es muy típica al finalizar la práctica de yoga, sin importar qué estilo se practique. Esta postura es Savasana, también conocida como pose del cadáver o postura de relajación.
Para realizar la postura debes primero tumbarte de un modo lento y con suavidad, de esa manera irás preparando el cuerpo para la relajación.
Una vez en el suelo, asegúrate de que tus piernas están separadas al menos el mismo ancho que tus caderas. Deja caer tus piernas naturalmente por sus lados.
Vigila que tu zona lumbar no esté arqueada de manera excesiva, que tus hombros no estén elevados hacia las orejas, que tu cuello esté extendido e impulsa tu barbilla ligeramente hacia el esternón.
Deja tus brazos ligeramente separados del tronco y asegúrate que las palmas de las manos estén mirando hacia el techo, con los dedos relajados.
Savasana puede ser una pose muy incómoda, ya que debes mantenerte totalmente inmóvil mientras dura la relajación. Si por alguna razón debes moverte durante la pose, intenta hacerlo de una manera lenta y procurando que este movimiento no rompa la armonía del estado del todo el cuerpo.
Notarás que una vez que realices Savasana de un modo consciente, disfrutarás enormemente la relajación y desconexión mientras recibiendo los beneficios de tu práctica.
También puedes practicar Savasana en momentos de insomnio o momentos en que tengas poco tiempo para descansar, pero necesites recuperar energía.
Seguro que te beneficiarás de ello, sintiéndote totalmente renovado y fresco.
Namasté,
Nina